Cómo ser la invitada perfecta



Felpudo en forma de bigote de La Casa Chiquita.
Cuando se estrena casa,
un felpudo es el regalo perfecto para nuestros anfitriones

En La Casa Chiquita hemos escrito mucho sobre cómo ser el anfitrión perfecto para agasajar a amigos, familiares y enfrentarnos a compromisos profesionales. Pero, y cómo ser un invitado perfecto. Estar invitado ¿nos da derecho a todo? ¿podemos aplastar a nuestro anfitrión a nuestro antojo?

Si tienes a la vista una boda, bautizo o despedidas varias (jubilación, nuevo trabajo de un compañero, mudanza a otra ciudad) o asistencia a inauguraciones y eventos del papel cuché que requiera tu presencia, toma nota de nuestro artículo. Hay principios básicos que tienes que asumir si no quieres desentonar y que se vuelvan incómodas las miradas hacia ti.  Y para ello se ha inventado el protocolo. Hay quienes piensan que está pasado de moda. Que hoy en día todo vale, que todo está admitido, que la libertad individual está por encima de cualquier norma, que tenemos el derecho a esto y a lo otro y a lo de más allá (suena un poco a manifiesto constitucional). Pero ¿tenemos alguna obligación en este mundo de agasajos? El protocolo de eventos es una herramienta que nos ayuda a desenvolvernos cómodamente en un ambiente social. Sin lugar a dudas, hay ciertas normas, a veces no escritas, que nos ahorran situaciones desagradables para nosotros mismos y para quienes nos rodean. En esta ocasión, desde La Casa Chiquita te animamos a adentrarte en el apasionante mundo de las fiestas y eventos.

si te has encargado de llevar el postre,
prueba a llevarlo en alguna de nuestras latas,
 tus anfitriones quedarán gratamente sorprendidos


Eres la invitada, no la dueña de la fiesta

foto: los accesorios para la mesa más románticos
de La Casa Chiquita.
Una invitación requiere muchos preparativos,
confirma tu asistencia cuanto antes


Cuando se recibe una invitación, lo primero que hay que hacer es agradecerla y confirmar la asistencia lo más pronto posible. Ten en cuenta que los anfitriones deben calcular el espacio disponible y el menú con antelación.

Y no hace falta decir que hay que ser puntuales. Es un gesto de cortesía hacia anfitriones y asistentes. Llegar demasiado tarde supone que todos tengan que esperarnos, que la comida se enfríe y lo más peligroso, asumir un rol de estrella mediática a su paso por la alfombra roja que podría generar cierta tensión con el resto de invitados.

Pero tampoco llegues antes de la hora establecida porque puedes pillar a los dueños de la casa metidos en la cocina, terminando los últimos detalles o simplemente, cambiándose de ropa.

Vivimos una época en la que parece que todo nos lo merecemos . Que somos tan fantásticos e imprescindibles que los demás aguantarán todas nuestras humillaciones con tal de contar con nuestra presencia en su fiesta. Desde luego, tenemos la autoestima muy alta.

¿Qué me pongo?

siempre, siempre, la misma pregunta
¿qué me pongo?


En primavera y verano florecen bodas y todo tipo de celebraciones y reuniones sociales al calor del buen tiempo. Y no importa a cuántas hayas ido a lo largo de toda tu vida. Siempre, siempre, te enfrentarás a la misma pregunta ¿y qué me pongo?

Si vienes del trabajo y no tienes tiempo para ir a casa a cambiarte, intenta llevar algo básico que puedas combinar con un collar espectacular. Si vas a trabajar con unas francesitas deja los taconazos en el maletero del coche, así como un bolso de mano. También es muy útil llevar un neceser con todo lo necesario para un cambio de imagen exprés: maquillaje, peine, accesorios varios, medias y perfumador. Y sí, las tiritas deben ocupar un espacio preferente.



si no tienes tiempo de pasar por casa,
lleva un neceser con lo imprescindible, te salvará de muchos apuros


Se ha ido imponiendo cierta costumbre de acudir a estas celebraciones de la manera más cómoda posible. La comodidad nos hace sentirnos libres, naturales y no encorsetados. Nos mostramos como somos, sin vendajes que oculten nuestro verdadero yo. Hablamos de prendas básicas, tanto para ir al trabajo como al supermercado, para ir a la ópera o a una boda. Lo importante es nuestra impronta personal. ¡Qué bonito! Pues bien, bajo esta premisa parecería que el pijama y las cholas de playa son también aptas para la boda de nuestra mejor amiga.


Querida lectora, no te engañes. Seguir cierto protocolo es una muestra de afecto, respeto y reconocimiento por el trabajo y esfuerzo de las personas que te han invitado y que con toda seguridad, han dedicado tiempo, dinero y mucho esfuerzo en acogerte en su casa o en un recinto para que la experiencia que vivas sea inolvidable. Lo menos que puedes hacer es dedicar unos minutos a decidir qué ponerte y a tener en cuenta si debes corresponder con algún regalito de agradecimiento.

Quienes alguna vez se han enfrentado con detalle a la puesta de una mesa más allá de encargar pizza a domicilio, a planchar con esmero el mantel, a recoger muy temprano las flores frescas que adornarán la casa, a rescatar del aparador la vajilla de las ocasiones especiales y a seleccionar el menú más exquisito de entre varios libros de cocina y de entre el infinito recetario de internet, estarán de acuerdo conmigo, que el esfuerzo es extenuante.
foto: vajillas disponibles en La Casa Chiquita
la preparación de la mesa es un trabajo que exige dedicación y esmero,
unas palabras de elogio llenará de satisfacción a tus anfitriones.



La primera muestra de agradecimiento que un invitado debe tener en este tipo de eventos es vestirse dignamente y en la misma proporción, al esfuerzo e ilusión que han invertido los anfitriones. No se trata de ir de etiqueta sino de hacer saber, a través de un lenguaje no verbal, que tu invitación me importa, que la tengo en la más alta consideración y que por ello, me empeño en ir vestido en consonancia con el evento.

A partir de ahí, algunas recomendaciones tienen su razón de ser en el buen gusto, la comodidad y los diferentes momentos en los que se desarrollará la jornada.

Cuando los anfitriones han especificado alguna petición especial o si se trata de una fiesta o boda temática con códigos de vestimenta concretos, si aceptas la invitación, haz lo que te pidan y colabora para que el evento sea como lo han imaginado. Si se trata de una boda en una playa, tipo rollito Ibiza, pues bienvenidos el lino y las gasas blancas. La mantilla déjala para otro momento.

¿Y qué hacemos con los chicos?
en La Casa Chiquita tienes una amplia colección de termos unisex,
 regalo perfecto para la oficina y las actividades al aire libre


Los chicos tampoco lo tienen fácil. Eso de que tienen el “traje de las bodas” con el que acudirán a todos y cada uno de los enlaces que se les presenten a lo largo de su vida no es del todo cierto. Primero, porque estadísticamente la mayoría de los varones ganan peso cada año, así que no van a caber en el traje que tienen guardado en el armario. Y segundo, dependiendo del horario del enlace, también cambia el color del traje. El estilo dandy es incompatible con la cicatería estética.

En una boda de mañana puede apostarse por tonos claros, como azules y grises claros e incluso la raya diplomática y el cuadro inglés. Si es de tarde-noche nos pasamos a tonos más oscuros, como el clásico negro o un gris marengo. Y recuerda, no hay trajes aburridos: siempre hay corbatas que aportan luminosidad a la cara. En las corbatas reside la coquetería del hombre. En caso de que el chico se empeñe en una corbata oscura, por favor, convéncelo para que no sea de tipo enterrador.

foto: colección de artículos para viaje de La Casa Chiquita
Para quienes el hotel es su segunda vivienda,
este kit de limpieza será esencial antes de cada reunión de trabajo



Si la boda es muy formal, los novios le van a pedir que lleve chaqué. Por suerte para ellos, lo pueden alquilar y se ahorran un dineral. Si la ceremonia requiere media etiqueta será suficiente un traje de chaqueta con corbata o si es algo atrevido, con pajarita.

En bodas muy informales o en celebraciones entre amigos se puede combinar una americana con pantalones de distinto color y prescindir de la corbata. Bajo esta imagen desenfadada, convienen elegir muy bien los accesorios como tirantes, gemelos alegres, un bonito reloj o los clásicos pañuelos doblados de cierta estridencia.

Pero de ninguna manera dejes que tu chico lleve un traje de galán de telenovela. Esto nos da realmente pavor. Si se empeña en brillos, estampados cómicos o motivos temáticos para una cena/ceremonia formal, átalo a una silla y tortúralo hasta que cambie de opinión.


foto: colección de cápsulas decorativas de La Casa Chiquita,
el regalo perfecto para quienes suelen preparar meriendas y entremeses variados


Y no podemos finalizar sin abordar un tema que nos causa terror cada vez que lo vemos. Los hombres que se quitan la chaqueta y la corbata y se remangan las camisas deberían estar condenados a pena de cárcel. Un hombre con clase (vale, no quedan muchos, pero en fin, no tires la toalla) jamás se quita la chaqueta cuando se sienta a la mesa. Si sufren sofocos y calentones varios o están entrando en la adropausia, que elijan un traje de verano fresquito. Ay, y por favor, recuérdales que el botón de arriba es el único que se abrocha en trajes de dos. En los de tres, el del medio. Recuerda (y grábatelo a fuego en la mente) que quienes no se abrochan ningún botón, no es porque quieran potenciar un estilo informal. Seamos sinceros, es porque no caben en el traje, así que o se someten a un régimen estricto antes del evento o que consideren comprarse uno nuevo.

Reglas no escritas para las chicas

nuestras colecciones de libretas y cuadernos de anotaciones
 son regalos adecuados para ofrecer a tus anfitriones


En una fiesta convencional, las reglas del protocolo nos ayudan a que todas las señoras sigan unas pautas homogéneas sin necesidad de comunicarlas de antemano.

Por lo general, a las ceremonias de día puedes ir con vestido corto. Y cuando decimos corto no nos referimos a una minifalda de talla XXS con las costuras a punto de estallar a nada que respires hondo. Ten en cuenta que, por ejemplo, en una boda, la novia es la protagonista. No trates de rivalizar con ella en cuanto a metros de tela, colores y accesorios. En los eventos de noche puedes ir de largo. Los pantalones y monos son aptos para ambas jornadas, con independencia del horario.

No compitas con la novia

Con la de colores que tiene el arcoiris, elegir el blanco es una grosería y una falta de tacto en una boda. No quieras que te confundan con la novia, así que deja que sea ella la única protagonista. Tampoco conviene ir de negro absoluto, a menos que estés de luto riguroso. Si optas por ese color, procura suavizarlo con otros tonos y estampados que alegren el conjunto.

Cuidado con los tacones de vértigo

A ver, que vamos a una fiesta y no a clase de yoga en búsqueda de nuestro karma interior. Y ya se sabe, en una fiesta tenemos que posar en el “photocall” a lo “celebrity”, beso por aquí y por allá, saluditos a los conocidos, miraditas tipo “ay te comería”, que si el canapé está buenísimo, que si la copita se me está subiendo, que si cuidado con el niño que está empeñado en derribar al camarero, y como colofón, lo darás todo en la pista de baile.



tiritas decorativas,
un regalo divertido y muy útil

Querida lectora, no mortifiques tus pies. Ponte un tacón con el que te sientas cómoda y no experimentes con la gravedad justamente ese día. Si jamás has usado unos stilettos de 12 centímetros, ¿por qué te empeñas en llevarlos precisamente ese día? El césped y el alcohol pueden jugarte malas pasadas y hacerte rodar como una croquetilla por el suelo, si es que antes no acabas en la maravillosa piscina, alrededor de la cual se sirve el cóctel de bienvenida. Recuerda que hay móviles por doquier. No quieras convertirte en un fenómeno viral de ámbito mundial.
Y recuerda que siempre puedes llevar unas bailarinas plegables, de esas que caben en el bolso para cambiarte cuando ya no resistas más esos tacones imposibles a los que no fuiste capaz de renunciar.

Sí a los tocados, no a los nidos de pájaros

Salvo que te hayan invitado a las carreras de caballos en Ascot y quieras competir con la realeza inglesa en cuanto a excentricidad se refiere, procura elegir la moderación.

Sabemos que la fiebre por los tocados y sombreros está pisando fuerte pero elige un diseño que sea proporcionado a tu estatura, al volumen corporal y al tamaño de la cabeza. Un sombrero o tocado muy exagerado proyecta sombra sobre el rostro con lo que no vas a quedar favorecida en las fotos.

En las ceremonias de día, puedes apostar por pamelas, canotiers y tocados. Por el contrario, en las bodas de noche no se deben vestir sombreros bajo ningún concepto.

No te inspires en el árbol de Navidad

Deja a un lado las lentejuelas y los tafetanes y no te cargues hasta arriba de bisutería y joyas como si fueras la representante de una casa real venida a menos. Tampoco te apliques todas las sombras de tu paleta de maquillaje. Menos es más debería ser tu leitmotiv. El estilismo debe potenciar tu imagen no borrar tu esencia.


Y por mucha alfombra roja que te pongan, cuidado con los modelitos que dejan a la vista más piel que tela: los escotes sin fin y los naked dress están bien cuando eres la top model de las pasarelas internacionales pero si acudes a un evento, a veces de tinte familiar, puedes incomodar a algunas asistentes.
Si los complementos (collares, pulseras, sombreros, tocados, zapatos o bolsos) tienen muchos elementos, texturas y colores, elige un vestido liso que nos les quite protagonismo. Si, por el contrario, los accesorios son sencillos, puedes optar por un vestido estampado más llamativo. Y recuerda que los disfraces se usan en carnaval.

¿Llevo un regalito a los anfitriones?
identificadores para bolsos de mano,
muy útiles en aeropuertos y hoteles


Aunque los anfitriones nos hayan repetido hasta la saciedad que no llevemos nada, que con nuestra maravillosa presencia les basta, que nuestra compañía es lo más importante para ellos, si no quieres que te piten los oídos nada más salir de la fiesta, conviene llevar un detalle. Pero querida lectora, el regalo comodín no existe. La cajita de bombones, la botella de vino o el ramo de flores son de lo más previsibles y denota cierta falta de entusiasmo y desinterés.

Si te invitan a una casa donde hay niños pequeños, una opción es un detalle para ellos. No hay nada mejor que adular un poco a los padres para tener una buena entrada, especialmente si no conoces bien a los anfitriones.
cuentos para armar y pintar
son idóneos para los niños más pequeños


Si te han invitado amigos muy íntimos, ya te pondrás de acuerdo con ellos para llevar la bebida, el postre o el pan. El problema surge cuando vas a casa de alguien por primera vez o a quien no conoces muy bien. Típico cuando vienes invitada a través de una tercera persona o cuando se trata de compromisos profesionales.

Cada vez más se considera una descortesía llevar el vino o el postre porque da la impresión de que el tuyo va a ser mejor que el que te ofrecen, aparte de que quizás no sea el maridaje más adecuado con la comida que se va a servir. Y si finalmente optas por dulces en general, primero asegúrate que los anfitriones no sean diabéticos.
Las flores no siempre son apropiadas porque obligas al anfitrión a buscarles hueco en la mesa, la cual ya estará preparada o quizá ya tengan flores y no pretenderás que quiten las suyas, o simplemente, no tienen el jarrón apropiado o están liados con los últimos toques de horno como para ponerlos nerviosos con unas flores que no saben dónde poner. De todos modos, si finalmente sientes la irrefrenable necesidad de llevar flores, procura que sea un arreglo discreto que no necesite trabajo extra por parte del anfitrión, es decir, ni cortarlas ni arreglarlas. No obstante, lo más correcto es enviar las flores el día siguiente, con una nota de agradecimiento por la velada. Los anfitriones estarán más relajados y receptivos a tus palabras. 



foto: colección de paños de La Casa Chiquita
para las amantes de la cocina, te proponemos como regalo
un juego de paños de inconfundible estilo inglés


El momento más adecuado para entregar este detalle a los anfitriones es cuando nos reciben en la puerta, sobre todo para que los demás invitados no vean el obsequio y podamos crear situaciones incómodas.

En La Casa Chiquita te orientaremos con los regalos idóneos para no pecar en exceso ni por defecto, en función de la cercanía social o profesional que tengas. Si te pasas con el regalo, puedes comprometer al anfitrión. Si llevas algo demasiado ridículo, pudieras desmerecer su invitación, aparte de pasar por tacaño. También conviene llevar un detalle con el que se sienta representado la pareja o familia que te invita. No te centres solamente en uno de los anfitriones. En el equilibrio y la elegancia está el éxito.

Intenta que la conversación fluya
foto: juego de bolos de estilo americano
Otro regalito con el que agasajar a pequeños y grandes.


Para que el encuentro sea un éxito, como invitados tenemos que colaborar con los anfitriones para que la conversación fluya, pero sin llegar a monopolizarla y ser el absoluto centro de atención. Si observamos que hay invitados más retraídos que hablan menos, tenemos que introducirles en las conversaciones mediante preguntas abiertas que les hagan sentirse cómodos. Y por supuesto, ante personas que no conocemos mucho, evita los temas de política, religión, sexo y en general, cualquier aspecto que pueda contrariar. Se trata de pasarlo bien. Los manifiestos morales, los adoctrinamientos políticos y la burla fácil sobre las minorías sociales deben tener encaje en otros  contextos y no precisamente en una fiesta con personas a las que no conoces bien. Cuando asumes el papel de invitado, trata de colaborar para que todo salga bien. Recuerda, ser el invitado no te da derecho a todo.


Deja el móvil en el bolsillo

No hay nada más molesto y absurdo en una comida que tener al lado a una persona con el móvil sobre la mesa como si de un invitado más se tratara, contestando llamadas y mensajes. Salvo que tu trabajo te exija estar de guardia las 24 horas, estés pendiente de un familiar moribundo o esperes una llamada que te ordene activar el escudo antimisiles de tu país, por favor, guárdalo en el bolso y disfruta de la compañía.

Si la fiesta se celebra en un jardín,
te proponemos como regalo alguno de los bellos nidos
 de La Casa Chiquita.

¿Qué sentido tiene ignorar a las personas que están en la mesa para dedicar nuestra atención a quienes están a kilómetros de distancia? ¿Es acaso más importante lo que se dice de nosotros en la red o cómo ha aumentado nuestro grado de notoriedad en cualquiera de las plataformas (whatsapp, instagram, facebook y demás redes de ligoteo) que mostrar interés por quien tenemos enfrente? Definitivamente, la soledad se ha convertido en la actualidad en un estado de contradicción. Estamos aislados en un individualismo tecnológico que nos conecta virtualmente con millones de personas. Pero recuerda, comunicar es algo más que estar conectado.

Cordialidad con los anfitriones

Diarios y cuadernos se imponen en las fiestas actuales
para que los invitados dejen unas palabras de agradecimiento o simplemente
anoten comentarios que recordar en el futuro.
No te que quedes sin tu ejemplar preferido de La Casa Chiquita.


Cuando se organiza una fiesta, los anfitriones pasan mucho, pero que mucho tiempo preparando los detalles entre los que caben destacar la decoración, el menú, la música y hasta qué invitados pueden o no mezclarse en un mismo espacio. Por ello, tómate tu tiempo para agradecerles el esfuerzo y para despedirte una vez te vayas.


La mayor muestra de agradecimiento es tan simple como tomarte unos minutos para llamarlos el día siguiente y recordarles lo bien que te lo has pasado. Son pequeñas acciones que hacen crecer la amistad.


Desde La Casa Chiquita confiamos que nuestras recomendaciones te ayuden a pasártelo muy bien en las próximas fiestas y encuentros a los que seas invitado. Hasta pronto.






foto: delantal y guante coordinado con bandeja de horno.
Invitar es una muestra de cariño,
y corresponder en las formas es una muestra de respeto










































































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