Cajas de música, bolas de nieve y joyeros musicales en Tenerife



Caja de música inspirada en los juegos tradicionales
Colección de La Casa Chiquita

La Casa Chiquita es una tienda en Tenerife especializada en la venta de cajas de música, joyeros,  bolas de nieve, carruseles y tiovivos, tanto adultos como infantiles. 

Una caja de música es algo más que un instrumento musical. Es un objeto maravilloso que tiene vida propia, tan natural y tan espontánea como las emociones que es capaz de despertar. 

La unión entre la música del carrillón y el movimiento de las figuras que guarda en su interior es el modo más eficaz de avivar los sentimientos y las capacidades estéticas y artísticas. Podríamos cerrar los ojos, pero aun así la música nos acompañaría sigilosa en nuestros pensamientos más íntimos.


Príncipe hindú - impresionante caja de música de
gran resonancia por su forma piramidal
Colección de La Casa Chiquita



Las cajas de música de La Casa Chiquita son pequeñas obras de arte, expresión máxima de la satisfacción por los objetos hechos a conciencia y destinados a hacernos vibrar. Una vez más te invitamos a descubrir los entresijos del apasionante mundo de la cultura estética. Piezas cuya belleza se mueve en los límites de la artesanía de alta calidad, el arte y el diseño. ¿Preparadas para una nueva edición de nuestro blog? Tómate un respiro, que nadie te moleste, aíslate del mundo y disfruta de la lectura. Bienvenidas al misterioso mundo de las cajas de música.




Mucho más que música

La bailarina de ballet acompañada de
 la melodía El lago de los cines de Tchaikovsky
 es un clásico en el género de las cajas de música tradicionales
 

Una bailarina de ballet que se esfuerza en girar infinitamente sobre sí misma en el escenario de su caja mientras suena ”El Lago de los Cisnes” de Tchaikovsky; Dos enamorados que se funden en un solo abrazo para toda la eternidad al son de “Para Elisa” de Beethoven; El elefante Elmer, obra de David McKee que a su vez se inspiró en el pintor Paul Klee para su diseño, reivindica al mundo su diferencia bajo el paraguas de “Let it be” de The Beatles. Son historias que nos recuerdan valores tan importantes como el esfuerzo de superación, el amor, el compromiso y la celebración de las diferencias. Muy pocos objetos son capaces de interpelar, en tan poco espacio y tiempo, valores intrínsecos del ser humano, que a veces, por asumir su presencia, los olvidamos en el sótano del alma.


El elefante Elmet,
 un cuento de grandes valores llevado a caja de música
 

Pero aún hay más. Las cajas de música despliegan ante nosotros una potente unión entre arte, literatura y música. Una forma de alterar nuestras percepciones y querer profundizar en nuevos campos del conocimiento. Las sensaciones que nos evocan la fusión entre música y movimiento no son otra cosa que una forma persuasiva de comunicarnos con el mundo.

Musical totalmente en madera y dirigido al público adulto
Colección de La Casa Chiquita
 

Para los adultos, unos breves instantes delante de una bonita caja de música permite evadirse del mundo, recordar momentos importantes de la vida o simplemente llorar cuando una canción llega al corazón. De hecho, la música sirve casi para cualquier cosa que uno pueda imaginar. El sentido se lo das tú.

 

Y no solo eso. Una caja de música mejora la inteligencia auditiva de los más pequeños. Saber escuchar de manera concentrada una pieza musical tiene efectos beneficiosos en la comprensión, ayuda a descifrar las conexiones del entorno y a interpretar la coherencia entre el lenguaje verbal y el no verbal. Podríamos decir que una caja de música es la primera aproximación al mundo de las artes escénicas. Los niños aprenden la importancia de dar el máximo de sí mismo en un trabajo colectivo pero al mismo tiempo, tienen que aprender a relacionarse y a escuchar a los demás. Ciertamente es una de las grandes lecciones de la vida: vivir con libertad y al mismo tiempo en cooperación y respeto con los demás.

 

No solo para el dormitorio


Impresionante caja musical tallado y pintado a mano con 26 tonos
Colección de La Casa Chiquita
 

Una caja de música puede colocarse en cualquier lugar del hogar. Su carácter estético se adapta a todos los estilos decorativos y su música es tan generosamente invasiva como la luz del sol. Puede integrarse como ritual indispensable en las actividades cotidianas o reservarse para los momentos de descanso íntimo.

 

Existen modelos que conmemoran viajes, bodas y nacimientos. Otros las diferentes edades del ser humano. Hay cajas que interpretan acciones tiernas, divertidas o nostálgicas. Algunas proyectan acontecimientos fantásticos y otras miniaturizan a escala escenas de increíble realismo. ¿Has probado a escuchar una caja de música mientras te duchas? ¿Y por qué no instalarla en la parte noble del salón? No condiciones la ubicación de tu caja de música preferida, tan solo tenla cerca cuando la necesites.



Una fantasía dulce para los cumpleaños más golosos
Colección de La Casa Chiquita
 

Payasos, muñecas y cajas de música

¿juguetes o las mil caras del terror?

 

Estamos en el cine. Nuestra mirada se dirige a través de un largo pasillo oscuro mientras suena de fondo una cajita de música. El pasillo parece interminable, los pasos se eternizan. Al final del corredor se aprecia una luz tenue. Es un dormitorio. No, es un cuarto de bebé. La melodía se aprecia más clara. Es una preciosa canción de cuna, Lullaby de Brahms. Pero la música se vuelve más grave, más dramática, más peligrosa. La imagen se precipita de un lado a otro de la habitación. El bebé no está en su cuna.

Caja con 26 notas que interpreta
la canción de cuna Lullaby de Brahms
Colección de La Casa Chiquita
 

¿En cuántas películas una simple melodía para acompañar a un bebé es sinónimo de que el corazón va a empezar a acelerarse de inmediato? En el cine, no se pasa más miedo por lo que se ve sino por lo que se deja entrever, por aquellos elementos que dicen mucho más de lo que en otro contexto pudieran hacer. Una muñequita de porcelana, un inofensivo peluche, unas deliciosas notas musicales, a veces, añaden una dosis extra de verdadero terror.

Circo, payasos y malabaristas,
temática clásica en los musicales infantiles
 

Una buena caja de música es un objeto realmente fascinante. Tanto es así que ha sido y es fuente de inspiración para muchas películas. Una dulce melodía que suena de fondo en los momentos de mayor serenidad del protagonista puede transformarse en un instante en la antesala del terror. Si además la caja de música incorpora figuritas en movimiento, los estímulos que nos producen son aún mayores.

 

¿Pero en qué consiste una caja de música?

Mecanismo tradicional impulsado mediante manivela
 

Una caja de música es ante todo, un instrumento musical automático. La producción de sonidos se realiza mediante pernos o dientes que colocados en un cilindro giratorio o en un disco, hacen sonar una serie de láminas de acero colocadas en forma de peine que están debidamente sintonizadas y afinadas unas con otras. El tamaño de las cajas de música puede ser tan pequeño como una cajita de cerillas o llegar a ser del tamaño de un armario.


Detalle del cilindro del que se nutre
 los martillos que percutirán campanas o tubos
 

De hecho, en los últimos cien años, muchísima gente ha estado en contacto con cajas de música, a veces, sin tan siquiera ser consciente de ello. Los mecanismos se han instalado en joyeros, juguetes, postales, libros, relojes con carrillón y hasta catálogos comerciales.

 

Si te apetece completar este tema, te sugerimos una lectura detenida de la enciclopedia Wikipedia.

 

¿Todas las cajas de música son iguales?



Príncipes y reyes acompañan los sueños de los más pequeños
Colección de La Casa Chiquita
 

Hay cajitas de música extremadamente sencillas mediante un mecanismo de manivela con 18 notas. El sonido se produce por medio de la vibración de un peine de metal que está en contacto con unos pequeños pernos metálicos ubicados en un cilindro. Al girar la manivela, se activan las ruedas dentadas que transmiten el movimiento al cilindro. Todo el mecanismo está insertado dentro de una estructura de madera que actúa de resonancia y amplifica el sonido.

Las figuritas bailan incansablemente al son de la música
Colección de La Casa Chiquita
 

Otro mecanismo muy común es el que montan las cajas que funcionan mediante cuerda. Es decir, el cilindro se mueve por la fuerza que transmite un muelle después de ser tensado manualmente. De este modo, la cajita es capaz de sonar unos minutos de manera continuada. Este mecanismo es similar al que se monta en un reloj de cuco, solo que la fuerza que mueve todo el engranaje procede de los pesos del reloj.

 

En algunos modelos, los cilindros pueden sustituirse para cambiar la melodía, gracias a un invento de Paillard en 1862, que fue perfeccionado por Metert en Génova en 1879. En algunos modelos excepcionales hay 4 muelles, para producir un sonido continuo que puede durar varias horas.

 


Entre leyendas, mitos y realidades

¿Quiénes fueron los precursores?

 
Concierto celestial amenizado por
un mecanismo de 26 lamas de maravillosa resonancia
Los ángeles con pequeñas piezas de miniatura
 talladas y pintadas a mano



Cuenta la leyenda que los antiguos Griegos estaban obsesionados con crear ingenios mecánicos que representaran pájaros, y en general, cualquier ser viviente. De esta forma nacieron de una manera primitiva los primeros autómatas. Se atribuye a Arquitas de Tarento alrededor del año 400 a.C. (sí, has leído bien, hace más de 2.500 años), la invención de uno de los primeros artilugios mecánicos. Logró hacer volar un mecanismo articulado con forma de pájaro de madera, el cual unido al extremo de un eje, era impulsado por vapor.

Caja de música dedicado a los novios o
a los esposos que celebran su aniversario de bodas
Colección de La Casa Chiquita
 

Ya en el siglo IX, pero en otra parte del planeta, concretamente en la mítica ciudad de Bagdad, a los hermanos Banū Mūsā, científicos de la época, se les atribuye entre otras numerosas innovaciones la fabricación de un órgano con cilindros intercambiables. La idea de un cilindro con pasadores elevados se mantuvo prácticamente inalterable como dispositivo básico para producir música hasta la mitad del siglo XIX.

Caja de música de diseño barroco
 

Y volando a través del tiempo nos desplazaríamos hasta la Europa del Renacimiento (siglos XV, XVI). Una época caracterizada por un notable progreso técnico y científico y en la que gracias a la imprenta, se conseguía que las ideas tuvieran difusión a gran escala. ¿Y qué tiene que ver esto con nuestras cajas de música? Pues bien, las principales ciudades europeas competían no solo por el tamaño de sus catedrales sino también por los carrillones de sus torres. Los pernos adheridos a grandes cilindros de madera hacían girar ruedas dentadas, las cuales estaban conectadas a los martillos que eran los responsables de percutir las campanas y crear bellas melodías.

 

Te sugerimos un video en el que puedes admirar y escuchar el carrillón de la catedral de San Luis Potosí, en México: https://www.youtube.com/watch?v=k9wtof7dFZk


Caja de música equipada con cajón portaobjetos,
 ideal para los dientes de leche
 

Avancemos un poquito más en el tiempo y situémonos en la Flandes de 1598: Se construyó uno de los primeros relojes musicales destinado al interior de viviendas (entendamos destinado a palacios y casas solariegas) por el flamenco Nicholas Vallin y cuya pieza puede admirarse actualmente en el British Museum de Londres. Se trata de un cilindro con pasadores intercambiables con lo que podía programarse diferentes melodías. Otros ejemplos se exhiben en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.

 

Y ahora con nuestra particular máquina del tiempo vayamos hasta Londres en 1665: Ahasuerus Fromanteel, uno de los grandes relojeros de todos los tiempos, fabrica un reloj de sobremesa que incorporaba carrillón de cuatro cuartos y música mediante un juego de campanas operadas por un cilindro con pernos.

 

En definitiva, en muchas partes del mundo, personajes de diferentes países y culturas, y a veces en épocas relativamente cercanas unas de las otras, impulsan pequeños cambios e innovaciones que nos acercan progresivamente al concepto de caja musical que conocemos en la actualidad. Lo que sí está claro es que los orígenes de las cajas musicales hay que buscarlos en la relojería. Y por mucho que ingleses, flamencos, genoveses, suizos y bohemios se empeñen en hacernos creer, no está nada claro quién tiene el mérito de crear el primer reloj automático de la historia, verdadero precursor de la caja de música. Como siempre pasa, la historia es cambiante en función de las nuevas investigaciones y a veces, cierto sentido patriótico matiza las conclusiones.

 

Es más, recomendamos al lector que no tome las fechas de este blog como verdad inamovible, ni tan siquiera que asuma el nombre de los personajes como irrefutables. Lamentablemente la historia tiene versiones adaptadas a quien las cuenta y a quien las quiere oír.

 

El nacimiento de la caja de música:

Vuela con la máquina del tiempo 300 años atrás

Celebrando el invierno y la llegada de la Navidad
Colección de La Casa Chiquita
 

Inicialmente los primeros carrillones musicales fueron elaborados por artesanos como una evolución de los mecanismos utilizados en relojería. Se atribuye al maestro relojero suizo Antoine Favre (30 noviembre 1734 – 17 agosto 1820) la invención de la caja de música en 1796. Sustituyó el juego de campanas que se instalaba usualmente en los relojes por una serie de lamas sonoras con el objetivo de ahorrar espacio. Una de estas primeras cajas musicales puede contemplarse en la cuarta planta del impresionante museo Shanghai Oriental Art Center

 

En definitiva, dos innovaciones técnicas se desarrollaban paralelas en el tiempo. Los relojeros miniaturizaron los mecanismos instalados en los relojes de pared y sobremesa a una escala de reloj de bolsillo. Por otro lado los carrillones fueron reducidos hasta convertirlos en diminutas cajitas que empezaron a formar parte de la vida cotidiana de las personas.

Cuarto de juegos con mamá osa y su bebé
 

Hay que tener en cuenta que inicialmente la fabricación de cajas de música era un trabajo muy artesanal. Las piezas eran ensambladas individualmente. Con frecuencia, estos trabajos estaban encomendados a campesinos como forma de completar sus ingresos, especialmente durante las épocas invernales en las que las labores del campo disminuían. Por el contrario, los mecanismos musicales precisaban mayores habilidades y por tanto, se empleaba a personal más cualificado.

El magnetismo ubicado bajo los acróbatas
impulsa el giro eterno de los bailarines
Colección de La Casa Chiquita
 

Sin embargo, fue en el siglo XIX cuando comenzó la producción masiva en fábricas, especialmente en Suiza, periodo en el que este país comienza a cimentar su prestigio internacional como fabricante de relojes y cajas de música de lujo. En 1815, Jeremie Recordon y Samuel Junod crearon una empresa especializada en autómatas y cajas de música, abriendo por tanto el camino a la producción industrial.

La familia oso
Colección de La Casa Chiquita
 

Por otro lado y como dato curioso, hay que reseñar que fue a partir de 1820 cuando se comenzó a reemplazar las pestañas sonoras de los carrillones por un solo peine con el objetivo de mejorar la sonoridad y resonancia de las melodías. La mejora más importante tuvo lugar con la introducción de piezas que permitían amortiguar las vibraciones de las lamas. Inicialmente estas piezas fueron ideadas a partir de plumas de gallinas.

 

A partir de 1875, Charles Paillar, los hermanos Nicole y otros fabricantes suizos comenzaron a producir cajas de música de manera industrial. Como consecuencia, los métodos de trabajo cambiaron y la industria de la época fue capaz de producir cilindros en gran cantidad y a un precio reducido. La industrialización permitió mejorar la competitividad de los fabricantes franceses y alemanes frente a suizos e ingleses. Además, muchos fabricantes europeos comienzan a instalarse en Estados Unidos. Pero eso, es otra historia.

Si te apetece completar la información, te sugerimos el siguiente artículo.

 

Época reciente




Los tiovivo se han fabricado en madera, hojalata y resina. La música puede interpretarse mediante mecanismo mecánico, a través de baterías o conectado a la corriente eléctrica.
 

Entre 1905 y 1922 hace aparición a gran escala el fonógrafo. Este aparato capta la atención de gran parte del público. Como consecuencia, la producción de cajas de música cae dramáticamente y muchos fabricantes entran en banca rota.

 

Después de los tiempos convulsos que supusieron la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial para todos los sectores económicos, comenzó un lento resurgir en el interés por las cajas de música. Hacia 1960 aun sobrevivían una treintena de fabricantes. Tanto europeos como americanos tenían que hacer frente a un mercado muy débil y a una tecnología cara y obsoleta que los llevaba a tener la perspectiva de la ruina muy cerca.

 

¿Cuál es el panorama actual de las cajas de música?

El Principito de Antoine de Saint-Exupéry
es ejemplo perfecto de combinación
entre música, literatura y arte
 

En la actualidad las empresas chinas copan el mercado. No obstante, se han centrado en la fabricación de mecanismos muy baratos para cajas de música económicas destinadas al mercado global. Las melodías de estos fabricantes tienen una afinación sencilla y una vida útil bastante limitada en el tiempo. Las figuras que forman parte de la ornamentación suelen estar fabricadas en resina sintética y pintadas de manera industrial.

 

Sin embargo, en La Casa Chiquita solo confiamos en los carrillones de la suiza Reuge y la japonesa Sankyo, ambas especializadas en productos de alta calidad, para incorporarlos en las cajas de música de alta gama que comercializamos.

 

Nuestras cajas están dotadas de mecanismos de 18, 30 o 50 lamas de maravillosa sonoridad. Te ofrecemos un amplio repertorio musical que comprende melodías clásicas, canciones populares, infantiles e incluso las bandas sonoras de las películas de mayor éxito.

Maravillosa caja de 32 notas musicales evocadora de la navidad
Colección de La Casa Chiquita
 

Además, siguiendo la línea trazada en el siglo XIX por los grandes fabricantes centro-europeos de cajas de músicas, en La Casa Chiquita nos hemos fijado el objetivo de comercializar las piezas más exquisitas. Nuestros mejores modelos son tallados en madera, de manera artesanal, siguiendo técnicas tradicionales. Posteriormente, son pintados a mano. El resultado son piezas de una extraordinaria belleza visual y acústica.

 

Entre la realidad y la imaginación


Los joyeros musicales alimentan la fantasía de las más pequeñas
Colección de La Casa Chiquita
 

Una caja de música de alta calidad cuenta historias que se representan visualmente a través de delicadas miniaturas talladas en madera. La talla es un trabajo preciso que requiere un estudio previo de perspectiva y escala. Las figuras son posteriormente pintadas a mano para obtener las miradas más tiernas y conmovedoras. Los personajes pueden extraerse de fábulas y leyendas populares o representar situaciones de la vida real.


La llegada de la primavera y las Siete Estaciones de Vivaldi
 

Desde La Casa Chiquita te animamos a descubrir nuestra colección de cajas de música pero también todos aquellos objetos especiales que se mueven en el ámbito de la artesanía de alta calidad, el arte y el diseño. En definitiva, piezas fuera de lo común para personas que quieran hacer grande su hogar y legar a futuras generaciones un patrimonio etnográfico y artístico de incalculable valor. Hasta pronto. Más en www.lacasachiquita.com