Las latas más bellas del mundo


De lata de galletas a objetos de colección


Las latas han pasado de ser meros artículos destinados a la conservación de alimentos a convertirse en accesorios decorativos. Y no solo eso. La evolución en su diseño a lo largo de los años refleja las costumbres sociales de cada época. Son un espejo del rol que ha ocupado la mujer en cada periodo, de los juegos de la infancia, de los desconsuelos en los periodos de postguerra y del nivel de desarrollo cultural de cada país. Muchas latas se conciben para conmemorar acontecimientos históricos o hechos relevantes de la sociedad que las ve nacer.
 

latas marcadamente románticas de estilo británico


Hay latas que han marcado la idiosincrasia de generaciones completas: chocolates, galletas, leches condensadas, aceites… son innumerables las marcas que han transmitido su identidad a través de la hojalata. ¿A que seguro que tienes en algún estante alguna lata con muchos años de vida a la que le guardas cariño?
 
Vintage, retro, pop, naif¿cuál es tu lata?

En La Casa Chiquita quizás no seamos los mejores reposteros pero sí que tenemos las latas más increíbles. En este blog presentamos una selección de latas singularmente bellas. Objetos que transcienden su uso primario como recipientes contenedores y se convierten en jardines urbanos o nos transportan a otras épocas a través de sus evocadores diseños.

Muchas escenas cotidianas del siglo XIX y principios del XX han servido de inspiración para decorar latas: señoras elegantemente vestidas tomando el té, escenas de caza, paseos en carruaje. El motivo floral también está presente en infinidad de diseños. La naturaleza en general y el jardín de flores en particular se instalan en el interior del hogar para perpetuar la primavera a lo largo de todos los meses del año.


 

latas de influencia oriental
 
La iconografía retro es también un tema muy recurrente en el diseños de latas. Imágenes muy animadas que nos transportan a la ficción publicitaria de los años 50. La ama de casa consagrada en cuerpo y alma a las labores del hogar, a su marido, hijos y ...... a su cocina. Los estereotipos laborales y los roles de mujeres y hombres en el trabajo fueron ampliamente tratados. Menos mal que los tiempos han cambiado. Sin embargo, conviene recordarlos de cuando en cuando para no caer en la tentación de revivirlos. Nuestra memoria olvida con rapidez los aspectos negativos de nuestra existencia y con cierta frecuencia, tendemos a repetir los mismos errores como si de un sueño recurrente se tratara. Ahora con perspectiva histórica resultan hasta graciosas todas esas historias integradas en nuestros estantes.

 

latas retro evocando años 50


Aires nostálgicos
Y el hogar, esa fortaleza a veces casi inexpugnable a ojos extraños, que protegemos de miradas y valoraciones externas se convierte en ocasiones en un palacio sereno pero sombrío, práctico pero impersonal, minimalista pero estandarizado. Para romper la linealidad cromática de las casas más contemporáneas nada como incorporar en nuestras estanterías latas de animados colores y diseños. Aires nostálgicos para recordar la infancia agotada, cuando no teníamos miedo a equivocarnos ni responsabilidad en lo que hacíamos, cuando éramos realmente creativos y libres de prejuicios.






La belleza y armonía son valores en decadencia en nuestra sociedad, más entregada a la ostentación y a la opulencia. Olvidamos con frecuencia los beneficios que generan en nuestro bienestar interior los efectos de rodearse con objetos simples pero bellos. Las composiciones armónicas contribuyen a crear hogares cálidos que nos reciben tras las largas jornadas de trabajo. A los habitantes de La Casa Chiquita nos gusta disfrutar del hogar, no queremos huir de él y tirarnos a la calle a peregrinar compañía que consuma las horas. Al contrario, queremos casas llenas de vida con latas que guarden en su interior mil excusas para permanecer ¿vas a perder la oportunidad de recordar sus historias?
 





 
 Hoy que presumimos de modernos y de reutilizar y dar mil vidas a cualquier recipiente no podemos olvidar que todas las generaciones anteriores utilizaban las latas de aceite para hacer juguetes. Evidentemente motivados por la penuria de guerras, subdesarrollo y pobreza pero el resultado fueron horas y horas de juego creativo. Ahora nuestros niños necesitan libro de instrucciones para jugar y relacionarse entre ellos. En la siguiente imagen les mostramos unas estupendas latas reconvertidas en animados maceteros. ¿Te animas a realizar esta actividad con tus pequeños?



De lata a macetero

  
La naturaleza ha servido de inspiración para imaginar las latas más bellas del mundo. Flores y plantas naturales compiten por color y belleza con sus copias inertes. Si además introducimos un saquito perfumado en su interior el resultado es una explosión de vitalidad que invade todos los rincones.
 
 
latas, vasos y jarras... el alma de la alacena.
Estante decorado con cinta decorativa de La Casa Chiquita.

 

¿Dónde está mi lata? matarile rile rile...


Hay un clásico dentro de los clásicos. La lata de galletas. ¡Cuántos niños no han hecho de la clásica lata de galletas el tesoro más apreciado! ¡Y qué contar de las meriendas que nos ofrecía la abuela! Un corrillo de niños pendientes de la enorme lata que se ponía al centro de la mesa y que escondía las magdalenas y las galletas más sabrosas del mundo. Las modernas abuelas de hoy quizás prefieran los cupakes y cookies al más estilo americano o los macarrons para las amantes de la buena repostería francesa. Unas y otras seguro que han regalado momentos involvidables a los más pequeños.

Pero por encima de todo, una mesa bien presentada es símbolo de respeto y cariño por los invitados, favorece la convivencia y la charla entre los comensales y crea un ambiente adecuado para la reflexión y la crítica. Nos abre un mundo de sensaciones infinitamente más amplio y rico que el más sofisticado videojuego o que el programa de televisión más estridente.
 


diseño en estilo victoriano


Hay objetos en la casa que escondemos tanto que cuando nos hacen falta nunca los encontramos. Hablemos de los indispensables destornilladores, martillos o alicates necesarios para las pequeñas reparaciones. Y las cerillas para encender las velas que nos acompañarán durante la cena. ¡Ay dónde están el betún y los cepillos para los zapatos! Para estos casos te proponemos grandes latas con capacidad infinita. Su esmerado diseño te permitirá colocarlas a la vista sobre el aparador del salón. Ya no hay excusa para no tener todo ordenado y al alcance de la mano. Pero por encima de todo, los diseños de tus latas estarán a la altura del mejor objeto decorativo que tengas. Palabra de La Casa Chiquita.

 




¿en el salón, en el dormitorio, en el recibidor?


Sin embargo, los adictos a lo dulce no podemos prescindir en nuestra casa de la lata de bizcochos. Pero no para un bizcocho cualquiera sino para el rey de los bizcochos: el bizcochón. El grande, enorme y jugoso bizcochón que necesariamente tenemos que acompañar de chocolate o leche..... (bueno, no se nos olvida...y acompañado con mantequilla y mermelada).

Imaginemos una lata de amplio diámetro, paredes altas y buena capacidad hermética. Aunque seas una devoradora de bizcochos y se acaben en un par de días, una buena lata no sólo prolongará su frescura sino mantendrá su suavidad y aromas como recién salidos del horno.



No hay bizcohón que se le resista

 
En esta selecta recopilación de usos no podía faltar la lata costurero. No vamos a hablar aquí de los costureros profesionales, con mil compartimentos para la confección, patronaje y compostura. Vamos a prestar nuestra atención al costurero que todo ser humano corriente necesita para los pequeños arreglos de ropa y que por falta de espacio en armarios debe estar a la vista. Para estos casos, las latas de La Casa Chiquita son una magnífica opción. Podrás colocarlas en el recibidor, en dormitorios, en el salón y hasta en el baño.  






tonos menta para refrescar tus habitaciones



Máxima conservación, máxima seguridad
 
¿Has probado a conservar el café en latas o eres de la que cierra el paquete con una pinza de la ropa hasta la próxima cafetera? Si eres de las segundas, ni te imaginas lo que te estás perdiendo. Una buena lata no solo concentra el aroma del café sino que también lo potencia. También es válido para todo tipo de infusiones.  Sin filtraciones de aire u óxidos a través de la tapa o de los sellados interiores, máxima estanqueidad con tratamientos antihumedad. Por supuesto, con los diseños más coquetos, así son las latas de La Casa Chiquita.

 



tamizador para azúcar, cacao o pimentón

 
Tu seguridad es importante para nosotros. Las latas de La Casa Chiquita cumplen con las normativas europeas más estrictas en relación a envases aptos para contacto alimentario. Esto supone que nuestras latas no reaccionan con los alimentos que contienen ni producen sustancias tóxicas por contacto con el interior o con los recubrimientos y tintas exteriores. Por tanto, no es necesario envolver los alimentos con ningún envoltorio pues nuestras latas son inócuas para la salud. Te garantizamos elevados niveles de estanqueidad, manejabilidad, oposición a la rotura y aislamiento térmico. ¿A que ni te imaginabas todo lo que una lata puede hacer por ti?


 


Latas que se mimetizan con el entorno






 



 

1 comentario:

  1. Qué evocador relato! He vuelto a la infancia! A las vivencias personales y a los recuerdos contados por mi madre en su acertado empeño de educarnos en la responsabilidad, el respeto y la austeridad!

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