![]() |
Cabeza de oveja - colección de La Casa Chiquita |
¿Quién no ha oído hablar del papel maché? Seguro que durante tu época escolar
llegaste a realizar alguna figura moldeando papel de periódico y cola para después
pintarla con animados colores de témpera. Si bien ese método es muy
rudimentario, permitía a los más pequeños iniciarse en el apasionante mundo de
la escultura. Y es que en definitiva, el papel maché es un medio de expresión
artística que crea volúmenes y confronta espacios para recreación del alma.
¿En qué consiste
el papel maché?
Se trata de una técnica que
radica en recuperar papel, rasgarlo, triturarlo y ponerlo en remojo para
obtener una pulpa que unida a un aglomerante permite realizar multitud de
objetos, desde artículos decorativos básicos hasta objetos de gran tamaño.
El papel maché ha disfrutado
de años de gloria en otros tiempos no muy lejanos aunque en la actualidad, en
la era del plástico, ha perdido su supremacía. La mayoría de las personas no
alcanzan ni tan siquiera a imaginar que con papel pueden construirse barcos,
muebles de grandes dimensiones y maravillosas obras de arte.
Desde La Casa Chiquita nos
hemos propuesto en esta ocasión rendir homenaje al papel, que no por simple
deja de ser tan noble como la madera, el mármol o el oro. Queremos revalorizar
su técnica y aproximarnos a su vertiente más hermosa. Pero también desmitificar
sus orígenes de fábula, a medio camino entre la leyenda y el drama. No te dejes
engañar por su aparente fragilidad. De sus finas láminas pueden concebirse
objetos de extrema belleza que se encuadran en la categoría de piezas de arte. Las
características de este material lo hacen extremadamente resistente, no tóxico,
fácil de utilizar y además, muy económico. Se utilizan hojas de papel reutilizadas
y su proceso de fabricación es más ecológico que el reciclado. Su resistencia
es impresionante y una vez pintado y recubierto de barniz o resina lo hacen
resistente al agua.
Con este artículo
pretendemos reconstruir una parte de la historia y usos más significativos de
esta técnica. Bienvenidas al apasionante mudo del papel maché.
Algo de historia
para comprender el presente
Como en
todos los hallazgos de la humanidad, es difícil dar una fecha exacta de la
aparición del papel maché. Se podría fácilmente imaginar que su origen es
paralelo a la invención del papel. Y al igual que otras numerosas
manifestaciones artísticas (lacado, porcelana, tinta china, rankaku) el papel
maché tiene su origen en Asia alrededor del siglo VIII. En esa época, se
utilizaba una mezcla de fibras que resultaba apta para el moldeado, por
ejemplo, para fabricar los cascos de los guerreros pero también para la crear
objetos decorativos. Recubiertos de una especie de laca, se obtenía un pulido
perfecto que despertaba el interés de los europeos y por tanto, el inicio de
las primeras importaciones de objetos de papel maché desde el lejano oriente.
Desde
Samarcanda en Uzbekistán, ciudad importante en la ruta de la seda desde China
hasta el Mediterráneo, el papel maché se propaga hasta Marruecos, cruza España,
Francia y Alemania. A finales del siglo X, el papel reemplaza definitivamente al
papiro.
En la
ciudad de Venecia, gracias a los contactos comerciales con Asia, se desarrolla la carta pesta, iniciando la producción europea de artículos decorativos
con papel. Hemos encontrado un vídeo muy ilustrativo en italiano sobre el
trabajo actual de la carta
pesta.
Los objetos de papel maché encuentran
gran aceptación en el mercado europeo y son importados durante varios siglos
desde Extremo Oriente, China o Japón. Pero no es hasta el siglo XVIII cuando
las compañías europeas se lanzan de manera generalizada a la fabricación local.
Curiosidades
En 1719 el naturista y
físico francés René Antoni Ferchault de Réaumur en sus
estudios sobre la avispa cartonera constata que este insecto, al masticar y ensalivar
los desechos de hojas y fibras se convierten en una especie de pasta que es
utilizada por la avispa para construir sus nidos. ¿Quién iba a decir que este
pequeño insecto tiene alma de artista?
Las técnicas se mejoran y se
registran las primeras patentes. En Londres, John Henry
Clay logra en 1772 una fórmula con aplicación de
calor que hace del papel un producto tan resistente como la madera y al que
tras aplicar aceite de lino le proporciona propiedades impermeabilizantes. En
esa época se desarrollaron paneles de fuerte consistencia que se utilizan en la
construcción, fabricación de carruajes y artes decorativas.
Por tanto, ingleses y
franceses se disputaron la hegemonía en el desarrollo del papel maché en
Europa. En Gran Bretaña se establece una verdadera industria bajo los auspicios
de la época victoriana que marca la cúspide de la Revolución Industrial y del Imperio británico
llegándose a contabilizar muchas empresas fabricantes. Una amplia selección de
artículos han llegado hasta la actualidad y están debidamente representados en
los fondos del museo Victoria & Albert de Londres, cuya visita es
indispensable en tu próximo viaje a la capital británica.
Así
mismo, la Exposición Universal de 1855 celebrada en París se caracterizó por ser la
primera en ofrecer al mundo una visión del arte más relevante del momento y en
la que el papel maché tuvo un espacio destacado.
En Tenerife tenemos la suerte de contar con Artlandya (Museo del arte contemporáneo de Muñecas). Ubicado en Icod de los Vinos en una antigua finca canaria. Dentro de su extensa colección podrás admirar también ejemplares en papel maché de extraordinaria belleza. No dejes de visitarlo.
En Tenerife tenemos la suerte de contar con Artlandya (Museo del arte contemporáneo de Muñecas). Ubicado en Icod de los Vinos en una antigua finca canaria. Dentro de su extensa colección podrás admirar también ejemplares en papel maché de extraordinaria belleza. No dejes de visitarlo.
![]() |
Museo Artlandya (Tenerife) |
Ligero como el
aire pero valioso como el oro
La aristocracia se rindió a
los pies del papel maché, codiciado al mismo nivel que las cajas pintadas, las
porcelanas, los tapices o la ebanistería de alta calidad. Hasta la llegada del
plástico, el papel maché fue muy utilizado en la fabricación de muñecas, siendo
en la actualidad estas piezas muy apreciadas por los coleccionistas.
No obstante, hay que tener
en cuenta que no fue hasta el desarrollo de la industria de la prensa en el
siglo XIX cuando la técnica del papel maché logró expandirse enormemente. De
hecho, con anterioridad el papel era un producto raro, ostentoso y reservado
casi en exclusiva a las élites intelectuales.
Por
consiguiente, el papel maché conoce sus días de gloria en el periodo
comprendido entre 1840 a 1880, especialmente en Francia, Inglaterra y América
del Norte hasta que progresivamente los desarrollos tecnológicos de finales de
siglo y comienzos del XX desplazan, en todos los campos, cualquier vestigio
semi artesano en favor del plástico y la industria química.
![]() |
Colección de títeres y marionetas de Francisco Peralta (Segovia) |
Si tienes la ocasión de ir a
la ciudad de Segovia, que por cierto la tienes a treinta minutos desde Madrid
en tren, te animamos a visitar el museo que acoge la fantástica colección de títeres y marionetas de Francisco Peralta. El papel maché tiene un indiscutible papel como técnica de elaboración de
estas preciosas piezas.
En la actualidad, además de
su faceta de bricolaje y manualidades, el papel maché despunta en su vertiente
más artística. De todas conocidas son las máscaras
del Carnaval de Venecia, fabricadas a mano, al
estilo artesanal en papel maché. Además, existe un mercado muy pujante en las
artesanías de México con sus conocidos alebrijes.
¿Y por qué se
llama maché?
¿Sabías que el término papel maché se utiliza de manera muy similar en la mayoría de los idiomas? La expresión francesa “papier mâché” se ha trasladado prácticamente sin cambios a todas las lenguas.
¿Sabías que el término papel maché se utiliza de manera muy similar en la mayoría de los idiomas? La expresión francesa “papier mâché” se ha trasladado prácticamente sin cambios a todas las lenguas.
Cuenta la leyenda que en la
Francia más miserable de todos los tiempos, las mujeres más pobres recuperaban
los desperdicios de papel procedentes de imprentas y los masticaban en su boca
para reducirlos a pulpa. De este modo, aceptaríamos la acepción francesa del
término “papier mâché » que significa papel masticado.
Pero contrariamente a esa
leyenda, muy propio de los cuentos europeos empeñados en traumatizar a niños de
generación en generación, el papel maché debe su origen a otra acepción del
verbo “mâcher” que significa “hacer trizas, desgarrar”.
La técnica
La técnica de base es
siempre la misma aunque existen numerosas variantes. Se trata de triturar el
papel o cartón en pequeños trozos y de añadir un aglutinante. Hoy en día, el
aglutinante más sencillo y económico es la cola que se vende en todo tipo de
ferreterías. Pero si queremos dar un toque vintage, podría recurrirse a los
aglutinantes que se han utilizado en el pasado como la harina de trigo cuyo
gluten es especialmente adhesivo. Y si prefieres un toque exótico, el arroz se
ha empleado en Japón para aglutinar el papel de manera efectiva desde tiempos ancestrales.
En cualquier caso, la técnica
se ha mejorado enormemente gracias a la química de síntesis. La industria
moderna ha desarrollado componentes que añadidos al aglutinante permite obtener
pasta de papel hidrófuga y por tanto, realizar esculturas que pueden ser
expuestas en la intemperie.
El papel maché puede
finalmente lijarse, pintarse o barnizarse a conveniencia. Te sugerimos una
selección de artículos en papel maché que puedes observar en un video del Musée au Fil du Papier, en Pont-à-Mousson (Francia).
Nuestra colección
En La Casa Chiquita
ofrecemos un espacio de expresión para creadores de papel maché fuera de lo
común, frontera entre la artesanía de alta calidad, el arte y el diseño. En
definitiva, creatividad en estado puro en forma de colecciones únicas e
irrepetibles. No dejes de conocer nuestras piezas más hermosas, formarán parte
no solo de tu hogar sino también de tu vida. Hasta pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te apetece comentar esta historia, eres bienvenida.